El Santo Rosario on line

Jueves, 2 Mayo 2024 - Misterios luminosos - Sant´ Atanasio ( Letture di oggi )


Novena a la Virgen de la Medalla Milagrosa

 Immacolata

DÍA OCTAVO

Por la señal…
Señor mío Jesucristo…


Jaculatoria: ¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!

Invocación. Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestro socorro y reclamado vuestra asistencia haya sido abandonado de Vos. Con esta confianza a Vos corremos, oh Virgen de las vírgenes; y. gimiendo bajo el peso de nuestros pecados, nos postramos a vuestros pies. Oh Madre del Verbo, no despreciéis nuestras súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

¡A qué triste estado de postración se ve reducida un alma tibia! ¡Con cuánta verdad puede de ella decirse que es desgraciada y miserable, y pobre, y ciega, y desnuda! Sus buenas obras carecen de mérito por no estar informadas de pureza de intención: sus continuos pecados veniales van secando el manantial de las gracias e incitan a Dios a vomitarla de su boca, y lo más lamentable de todo es que se ve arrastrada, sin sentirlo, al endurecimiento y la impenitencia, como se ven caer en el sepulcro ciertos enfermos atacados de dolencias crónicas que secretamente minan su organismo, sin que se note necesidad de aplicarles conveniente remedio. Abre los ojos, alma tibia; date cuenta de tu terrible enfermedad; acude a la que, con justicia, llamamos salud de los enfermos, suplicándole tu curación, y, a poco que excites tus deseos de amarla con más ardor y generosidad y de animar tu languidez y decaimiento, podrás decir con San Alfonso: "En Vos confío, Madre de Dios; estoy enfermo, pero Vos, Médico celestial, podéis curarme; estoy débil, pero vuestra ayuda, Virgen invicta, me devolverá la fortaleza; todo lo espero de Vos, porque todo lo podéis con Dios."

ORACIONES FINALES

Suplicas.
Oh Madre del amor hermoso, purísima María, por la manifestación de vuestra santa Medalla, inflamad nuestros corazones en el amor divino, para que insensibles a las cosas terrenas, solo suspiren por las celestiales y eternas.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Oh refugio de pecadores, poderosísima María, por la manifestación de vuestra santa Medalla, tened piedad de nuestras culpas y miserias y alcanzadnos la gracia de morir antes que pecar.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Oh puerta del paraíso, dulcísima María, por la manifestación de vuestra santa Medalla, concedednos la perseverancia en el bien morir santamente y participar de vuestra gloria en los cielos.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Ofrecimiento.
Oh Milagrosa Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, prosternados a vuestras plantas os encomendamos nuestros corazones, nuestros afectos, nuestros intereses, la salud de nuestros cuerpos, la salvación de nuestras almas, la paz de nuestras familias y el bienestar de nuestro pueblo. Velad por nosotros desde los cielos, apartadnos de todo peligro, endulzad nuestros pesares, santificad nuestros trabajos y colmadnos de vuestras gracias y virtudes, oh siempre Virgen y siempre Madre y siempre buena, María.

V. Oh María sin pecado concebida
R. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos.